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Salud

Estudios han revelado que las enfermedades del corazón están relacionadas con los llamados “Factores de Riesgo”, que son los aspectos de nuestro estilo de vida que afectan el bienestar

¿Cómo mantener un corazón sano?

Introducción

Las enfermedades del corazón representan la primera causa de muerte en el mundo desde hace 7 décadas, con un promedio de un millón de muertes anuales en los Estados Unidos y 800 mil en Europa, por lo cual se les considera el enemigo número uno de la humanidad.

Las investigaciones publicadas revelan que la naturaleza de estas enfermedades está relacionada con los llamados Factores de Riesgo, que son aspectos estrechamente ligados con nuestro estilo de vida, y cuya presencia incrementa el riesgo a enfermar del corazón. Habiéndose identificado ya los llamados “Riesgos Inmodificables”, como el sexo, la edad y los antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular antes de los 60 años de edad, y los “Riegos Modificables”, como la alimentación, el hábito de fumar, el estrés, y el control de la Diabetes, Hipertensión, etc.

La mayoría de los autores concluyen que las enfermedades del corazón son completamente prevenibles, en la medida en que las personas se esfuercen por mantener sus vidas libres de los Factores de Riesgo que condicionan su aparición, de allí la importancia de conocer cuáles son los aspectos que debemos cuidar para mantener nuestro corazón sano y no ser una víctima más que pase a engrosar las estadísticas letales de la enfermedad cardiovascular.

Evitando lo que perjudica nuestro corazón

La primera medida que debemos tomar para ayudar a nuestro corazón a mantenerse “sano” y libre de cualquier trastorno que pueda conducir a una enfermedad, es “eliminar” de nuestra vida todos los “factores de riesgo” señalados por las investigaciones médicas como determinantes. En este sentido la primera acción a realizar es hacer un examen exhaustivo de nuestro estilo de vida y retirar de forma radical la presencia de los siguientes elementos:


1.-Relacionados con la alimentación

a.-Eliminar las grasas “Trans”.

Son todas las grasas que han sido “transformadas” por procesos industriales como el refinamiento de aceites vegetales y la hidrogenación de las grasas; procesos caseros como son las tan conocidas y apetecibles “frituras”; o el calentar los aceites en la sartén para freír los alimentos a temperaturas mayores de 45 grados, y a veces a más de 100 grados. Todos estos procesos generan cambios químicos y moleculares en las grasas que le confieren la llamada configuración “trans” que es altamente nociva para la salud, ya que incrementan el proceso de “oxidación” de las lipoproteínas transportadoras de colesterol, conocidas como LDL, o colesterol malo, confiriéndoles la capacidad de penetrar las paredes de las arterias, o “endotelio” y desencadenando todos los mecanismos que conllevan a la “disfunción del endotelio” y la formación de placas de grasa que al final producen la “aterosclerosis” que es la causante de los episodios agudos de “infarto del miocardio” y los temibles “ictus cerebrales”.

Las grasas “trans” se encuentran en la margarina, todas las grasas parcialmente hidrogenadas, todos los aceites vegetales refinados sean de maíz, girasol, cártamo, palma aceitera, o cualquier semilla. Igualmente, todos los productos que son preparados por este tipo de grasa como panes, bollos, pasteles y comida rápida; también son muy comunes en los llamados “cereales procesados” como papas fritas, tostitos, nachos, entre otros.

b.-Reducir el consumo de carnes rojas y procesadas

Las carnes rojas son las que contienen mioglobina en los músculos del animal, la cual le confiere el color rojo, mientras que las carnes procesadas son los llamados embutidos ricos en grasas trans, nitritos, nitratos y otros aditivos alimentarios. Todas estas carnes proceden de animales de cría o ganado, que son obligados a vivir en cautiverio y alimentarse de “piensos” artificiales, además de recibir hormonas de crecimiento y toda clase de medicamentos que producen alteraciones metabólicas y microbianas en el cuerpo del animal, que al consumirlo van a ser causa de “inflamación” en nuestras arterias y favoreciendo el proceso de aterosclerosis.

Las carnes de vaca, cordero, ternera, cerdo, cabra y oveja de producción industrial, y los embutidos a base de jamones, fiambres, salchichas, chorizos, morcillas, bologna de pavo, cerdo, ternera, pollo, etc, pueden incrementar el riesgo de ataques cardiacos hasta en un 40% y triplicar el riesgo de morir a causa de un infarto del miocardio.

c.-Leche y derivados

La leche es el líquido que fluye de las glándulas mamarias de las hembras mamíferas para alimentar a sus crías después de la gestación y sus características o composición química y biológica está adaptada a las necesidades específicas de cada especie animal. El ser humano, es el único animal que consume la leche de otras especies como la vaca, cabra, oveja, búfala, camella, etc, lo que ha creado una industria para extraer, procesar y distribuir este producto lácteo para el consumo de todas las edades. Además, dentro de toda esta industria se han utilizado preparados farmacológicos a base de hormonas, antibióticos y venenos como pesticidas y herbicidas que llegan a contaminar el producto final y todos los derivados como quesos, natas, cremas, kéfir, yogures, mantequilla, entre otros, lo que ha acarreado serios problemas de salud a los seres humanos de todo el planeta.

El consumo de leche y/o sus derivados, con todos los contaminantes industriales que posee, es capaz de favorecer la inflamación de las paredes arteriales, generar disfunción del endotelio, aumentar la viscosidad de la sangre haciéndola menos fluida, reducir la capacidad antioxidante del medio interno y potenciar el desarrollo de una microbiota patológica en el intestino humano que incrementa el riesgo de causar síndrome metabólico, resistencia a la insulina, aterosclerosis y enfermedad cardiovascular.

d.-Sal y azúcar refinada

El azúcar refinada o industrial es la que se obtiene principalmente de la caña de azúcar y la remolacha, es rica en sacarosa, un disacárido formado por la unión de dos azúcares simples o monosacáridos: Glucosa y Fructosa; y ha sido empleada de forma masiva por la industria alimentaria en más de mil productos procesados de venta en supermercados. El excesivo consumo de azúcar refinada produce una serie de trastornos metabólicos como la elevación de los niveles de “insulina” la hormona pancreática que reduce los niveles de glucosa en sangre, lo que produce un estado de “hiperinsulinemia”, la cual deriva en una “resistencia insulínica” en el hígado músculos y tejido graso principalmente; así como elevación de los niveles de triglicéridos y productos de glicolización avanzada (PGA) que favorecen la agregación plaquetaria, la inflamación de las paredes arteriales y la producción de trombos intravasculares.

La sal refinada es el producto industrial que resulta de la manipulación de la sal marina, mediante el cual se separan los iones de sodio y cloro del resto del conglomerado de minerales que contiene la sal en su forma natural. El resultado final es la molécula de “cloruro de sodio” (NACL) que tiene 10 veces más capacidad de generar sabor salado, pero también favorece la retención del líquido en el organismo, incrementa la vasocontracción de las arteriolas, eleva los niveles de presión sanguínea y acelera todos los procesos que conducen a la ateriosclerosis.

e.-Bebidas estimulantes

Son todas aquellas bebidas capaces de incrementar la actividad de las células que poseen la propiedad de “excitabilidad”, es decir, de generar impulsos eléctricos y conducirlos a través de sus conexiones con otras células, como es el caso de las neuronas o células nerviosas que existen en el cerebro, tubo digestivo y el corazón.

Las bebidas estimulantes naturales, le deben su propiedad excitante a la presencia de unos compuestos químicos derivados de las “xantinas” como son la “cafeína” del café, la “teína” del mate y del té rojo, verde, negro y blanco o la “teobromina” del chocolate o cacao. La industria alimentaria ha desarrollado una gran variedad de productos procesados que contienen variadas concentraciones de estas moléculas excitantes, como son los refrescos, los te fríos, los diferentes tipos de chocolates en forma de golosinas y los múltiples polvos para bebidas a base de chocolates, cafeína solos o combinados.

Todas las bebidas estimulantes naturales favorecen el aumento de la presión arterial al aumentar el volumen de sangre circulante y la contracción de las arterias, incrementando el ritmo eléctrico del corazón y aumentando el riesgo de arritmias cardiacas. Algunos estudios han señalado que la cafeína eleva los niveles de homocisteína, un metabolito intermediario de las proteínas de la dieta que favorece el depósito arterial de grasa que conlleva a la ateroclerosis.

2.-Relacionado con el Estilo de vida

a.-Reducir el consumo de Alcohol

El alcohol es una sustancia que se obtiene por fermentación de los azúcares y comparte las mismas funciones de los excitantes naturales como la cafeína y la teobromina, aunque a una mayor escala. El alcohol es “cardiotóxico”, ya que es capaz de destruir las fibras musculares del músculo del corazón o “miocardio” generando una dilatación progresiva de las cavidades, lo que trae como consecuencia una patología conocida con el nombre de “Mioardiopatia alcohólica” que tiene un alto nivel de letalidad.

El alcohol también funciona como un “antinutriente” ya que es capaz de destruir, bloquear y neutralizar la acción de algunas vitaminas, como la “tiamina” o vitamina B1, que cumple funciones importantes en el mantenimiento, reparación y nutrición del miocardio o músculo del corazón, estando asociada su deficiencia con un incremento de la llamada “insuficiencia cardiaca”.

b.-Abandonar el hábito de fumar

El cigarrillo contiene más de 300 sustancias tóxicas altamente letales para la salud del cuerpo humano. La nicotina incrementa la formación de coágulos de sangre (trombos) dentro de las venas y arterias, mientras el monóxido de carbono que contiene el humo (CO), desplaza al oxígeno de la hemoglobina y genera una mala oxigenación (hipoxia) de todos los tejidos del cuerpo, incluyendo el propio corazón.

Las estadísticas señalan que el hábito de fumar mató a 100 millones de personas en el siglo XX, y se estima que matará a mil millones en el siglo XXI. En lo que respecta a la mortalidad cardiovascular, el cigarrillo mata por “ataque cardiaco o infarto” a 6 millones de personas por año, de las cuales, 5 millones son fumadores y exfumadores, mientras que un millón son fumadores pasivos.

c.-Evitar el sedentarismo y la obesidad

Los estudios han demostrado que la falta de ejercicio es un factor de riesgo para la obesidad, ya que no se queman suficientes calorías y se acumulan en forma de grasa, esto conlleva a resistencia a la insulina y un riesgo incrementado de desarrollar síndrome metabólico y aterosclerosis. Las estadísticas señalan una incidencia de ataques cardiacos tres (3) veces más frecuentes entre las personas sedentarias, en comparación con las que hacen ejercicio regularmente.

Las personas obesas son aquellas que tienen un índice de masa corporal (IMC) mayor de 30 kg/metro2, siendo el normal entre 18,5 y 24,5 Kg/m2. La obesidad abdominal o visceral es mucho peor que la periférica o de los miembros, ya que los “adipositos” (células que acumulan grasa) abdominales se vuelven disfuncionantes cuando se llenan de mucha grasa, produciendo sustancias o adipokinas tóxicas que producen inflamación, disfunción del endotelio de las arterias, resistencia a la insulina, elevación de la grasa en la sangre, de la glucosa y mayor riesgo de sufrir de hipertensión arterial y aterosclerosis. Las investigaciones epidemiológicas señalan que los obesos tiene tres veces más riesgo de sufrir de Diabetes Sacarina y dos veces más riesgo de sufrir de hipertensión, infarto e ictus cerebral.

d.-Vigilar el consumo de medicamentos y drogas

Es importante saber, que algunos medicamentos de consumo frecuente tienen efectos secundarios que pueden incrementar el riesgo de sufrir algún trastorno que incremente la probabilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular. Por ejemplo:

  • Los analgésicos y antiinflamatorios comunes (AINES) incrementan la presión arterial y pueden favorecer la aterosclerosis.
  • Algunos medicamentos psicotrópicos, anti-parkinson y la mayoría de las hormonas sintéticas incrementan el riesgo de infarto.
  • Todas las hormonas sexuales sintéticas incrementan la coagulabilidad de la sangre y el riesgo de trombosis coronaria.

El consumo de “drogas de recreación” también pueden representar un riesgo, ya que algunas de ellas suelen ser una causa frecuente de infarto y muerte súbita en personas menores de 35 años. Algunas drogas como la cocaína producen un fuerte espasmo de las arterias coronarias causando una disminución del flujo sanguíneo al corazón que se puede manifestar por angina de pecho, si solo tarda 5 a 15 minutos, y hasta infarto al miocardio, si el espasmo dura más de 30 minutos.

e.-Gestionar el nivel de estrés

El estrés es un ingrediente presente en la vida moderna, es causado por conflictividad, soledad, multitareas, exceso de trabajo, confrontación de problemas y mil situaciones que son capaces de producir una reacción biológica en nuestro cuerpo que pudiera resultar muy perjudicial.

El estrés agudo o puntual genera la liberación de las “catecolaminas”, mejor conocidas como las hormonas del estrés agudo, que nos preparan para huir o luchar, y son causa de taquicardia, elevación de la presión arterial y mayor consumo de oxígeno por el músculo del corazón, y en las personas con un terreno aterosclerótico pueden precipitar un ataque cardíaco.

El estrés crónico es comandado por otra hormona llamada “cortisol”, la cual es capaz de elevar el nivel de glucosa, la presión arterial, ser causa de obesidad visceral, elevar las grasas en sangre y generar un estado crónico de inflamación que predispone a la aterosclerosis y sus complicaciones.

Los estudios poblacionales indican que una mala gestión del estrés puede incrementar en un 24% el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria y morir a causa de un infarto, en comparación con las personas que no sufren de estrés.

Fomentando lo que beneficia tu corazón

La segunda medida importante que podemos adoptar para ayudar a mantener lo más sano posible nuestro corazón, consiste en hacer presente en nuestras vidas aquellos aspectos que la ciencia ha demostrado resultan altamente beneficiosos para el funcionamiento y la salud del corazón, con ello estaremos evitando el riesgo de que se enferme de forma prematura e inesperada. Tanto el Dr. Dean Ornish en 1991, con su programa para sanar el corazón sin drogas ni cirugía, basado en alimentación cardiosaludable, meditación, yoga, ejercicio moderado y visualización autosanadora; como el Dr. Mathías Rath en 1995, con su suplementación cardiosaludable basada en el consumo de micronutrientes que favorecen la nutrición celular activa, lograron demostrar con contundentes trabajos científicos, que es posible prevenir y sanar el corazón de forma completamente “Natural” enfocándonos en un cambio real y duradero de nuestro estilo de vida.

Dentro de esas medidas que pueden ayudarnos a mantener sano nuestro corazón, podemos señalar las siguientes:

a.-Realizar ejercicio físico moderado

Hay suficientes evidencias científicas que resaltan el efecto beneficioso del ejercicio físico en el corazón, ya sabemos que por encima de los diez mil (10.000) pasos al día se logran efectos cardioprotectores que resultan altamente fructíferos y ayudan a evitar las enfermedades cardiovasculares. El ejercicio físico periódico y moderado genera una serie de eventos biológicos que son los responsables de su efecto salutífero en el corazón, los cuales son:

  • Durante el ejercicio se produce la dilatación de las arterias (vasodilatación), lo cual incrementa el flujo de sangre hacia todos los tejidos, mejorando su nutrición y oxigenación, y, por otra parte, baja la presión arterial y la tensión en el corazón.
  • El músculo del corazón o miocardio se tonifica, al igual que todos los músculos del cuerpo y esto mejora su rendimiento, es decir, logra las mismas funciones con menor esfuerzo y trabajo.

Durante el ejercicio se liberan en todos los tejidos del cuerpo unas hormonas o péptidos llamados “Endorfinas” y “Encefalinas” que cumplen muchas funciones beneficiosas al unirse a los llamados receptores opioides presentes en todas las células. Entre sus beneficios podemos señalar:


• Efecto inmunomodulador mejorando las defensas contra las infecciones
• Relajación y sensación de bienestar, que ayuda a regular los efectos del estrés
• Efecto antiinflamatorio que reduce la disfunción endotelial
• Mejora los procesos del sueño, la conducta asertiva y el grado de bienestar

b.-Incrementar el consumo de frutas cardiosaludables de 2 a 3 raciones al día


Las frutas cardiosaludables son aquellas que además de poseer valor nutritivo, que reside en su aporte de carbohidratos y minerales beneficiosos para el corazón, también contienen una mezcla de “Fitoquímicos” que le confieren una cualidad especial y particular que beneficia el sistema cardiovascular y ayuda a prevenir o restaurar la salud, si se ha perdido. Dentro de estas frutas podemos citar las siguientes:

  • Uvas rojas y negras, tienen un alto contenido de resveratrol y flavonoides que son vasodilatadores y anti-trombóticos
  • Fresas, tienen un alto poder “antioxidante” que ayuda a evitar la oxidación de las lipoproteínas LDL
  • Cerezas; tiene un efecto diurético y depurativo que regula la presión arterial
  • Mango, es rico en vitaminas A, C, E que son antioxidantes y protegen el corazón
  • Duraznos y bananas; son ricos en potasio y magnesio, minerales que ayudan a regular la presión y el ritmo cardiaco.
  • Chirimoya; es un tónico natural del corazón por su contenido de calcio y vitaminas del grupo B

c.- Incrementar el consumo de verduras cardiosaludables de 2 a 3 raciones al día

Al igual que las frutas, las verduras, vegetales y hortalizas cardiosaludables suelen contener minerales, vitaminas, aminoácidos y fitoquímicos que cumplen alguna función destacada y beneficiosa para potenciar las funciones normales del corazón, la sangre y los vasos sanguíneos. Dentro de esas verduras cardiosaludables podemos mencionar las más conocidas:

  • Calabaza; rica en betacaroteno, vitaminas antioxidantes como C, E y potasio, que protegen al corazón
  • Calabacín; aporta vitaminas del grupo B, especialmente folatos que reducen la homocisteína
  • Alcachofa; rica en cinarizina que reducen la viscosidad de la sangre y mejora la circulación coronario
  • Ajo; evita la agregación de las plaquetas y la formación de trombos, también ayuda a regular la presión arterial
  • Cebolla; mejora la fluidez de la sangre y evita los espasmos de las arterias coronarias
  • Apio; es un vasodilatador y diurético que ayuda a regular la presión arterial
  • Papa; rica en potasio y baja en sodio, ayuda a regular la presión arterial y mejorar el ritmo eléctrico del corazón
  • Brócoli; aporta calcio, magnesio y potasio en una proporción ideal para proteger al corazón

d.-Incrementar el consumo de legumbres a 3 raciones a la semana

Legumbres se refiere al fruto de las plantas de la familia de las “Leguminosas”, consisten en semillas secas y duras en su estado natural contenidas en una vaina. Representan el alimento vegetal en estado natural más rico en proteínas, ya que entre 25 a 35% de su peso, son proteínas de alto valor biológico. Algunas legumbres resultan muy beneficiosas para el sistema cardiovascular y por ello se les considera cardipprotetoras, entre las más destacadas podemos citar a:

-Soja; posee isoflavonas que protege el endotelio y evita el inicio de la aterosclerosis, reduciendo el riesgo de infarto
-Garbanzo; aporta fibra, grasas insaturadas (omega 3-6) y vitaminas del grupo B que ayudan a prevenir el infarto
-Guisantes; carecen de sodio y grasas y aportan potasio y magnesio que son minerales que regulan la presión arterial y el ritmo cardiaco.

e.-Consumir una pequeña ración diaria de frutos secos al día

Se trata de frutos con una cáscara muy dura que presentan un porcentaje de agua inferior al 50%. Existen dos tipos, los frutos secos oleaginosos; ricos en aceite como las nueces, almendras, avellanas, cacahuetes, anacardos, y los frutos secos farináceos ricos en almidón, como las castañas y bellotas. El contenido nutricional de los frutos secos resulta beneficioso para la salud del sistema cardiovascular debido a que:

-Aportan ácidos grasos insaturados, omega 3-6-9, vitamina E antioxidante, vitamina B1-B2-B3 cardiotónicas y minerales
-Ayudan a regular la presión arterial, reducir la agregación plaquetaria y evitar la aterosclerosis

f.-Incrementar el consumo de aceites vegetales crudos extravirgen a 2 raciones diarias

Los aceites vegetales extravirgen son los que se obtienen después de la primera presión a temperatura ambiente, (al frio) de las semillas o frutos secos que los contienen. Estos aceites son una buena fuente de grasas buenas, del tipo omega 3, 6 y 9, que son ácidos grasos insaturados que cumplen funciones cardioprotectoras importantes, como son las siguientes:

-Oliva; aporta omega 9 que ayuda a reducir las cifras de fibrinógeno y reducir el riesgo de trombosis
-Lino; aporta omega 3 y 6 en una proporción ideal para evitar la inflamación del endotelio arterial
-Coco; aporta grasas saturadas sanas y triglicéridos de cadena media que mejoran la fluidez de la sangre

g.-Incrementar el consumo de pescado como mínimo 3 raciones por semana

La importancia del pescado azul pequeño de aguas frías y profundas como las sardinas, caballa, arenque, anchoas y kril radica en que se alimentan de plancton marino que es muy rico en ácidos grasos omega 3 del tipo “ácido eicosapentanoico” (EPA) y “ácido decosahexanoico” (DHA) los cuales favorecen las rutas metabólicas que conducen a un efecto antiinflamatorio, anti trombótico y antiagregante plaquetario que resulta altamente positivo y beneficioso en la prevención de enfermedad cardiovascular. Los omega 3 funcionan como verdaderos “anticoagulantes” naturales que fluidifican la sangre, evitan la aterosclerosis y reducen el riesgo de enfermedad coronaria.

Muchos estudios de investigación publicados en los últimos 30 años avalan el potencial cardioprotector del consumo de pescado azul, al menos en una proporción de 300 gramos por semana, y por ello es una recomendación que no debe faltar en la alimentación cardiosaludable.

h.-Tomar Suplementos Cardiosaludables

En el año 1995, el Dr. Mathias Rath, cardiólogo alemán, presentó un interesante trabajo de investigación en el Congreso anual de Cardiología de la Asociación Americana del Corazón (AHA), en Paloalto, EE.UU., en el cual demostró, después de haber realizado experimentos con perros y luego en humanos durante 5 años, que las enfermedades cardiovasculares están estrechamente relacionadas con una “Deficiencia crónica de Micronutrientes” como ciertas vitamina, minerales, aminoácidos y fitoquímicos, que se encuentran en muy bajas concentraciones en la mayoría de los alimentos que consumimos y que son producidos por la industria alimentaria moderna. Esta carencia nutricional es responsable en gran medida, de la mayoría de las alteraciones bioquímicas, anatómicas y funcionales que acusa el sistema cardiovascular y que conducen a enfermedades como la hipertensión arterial y el infarto. El Dr. Rath logró demostrar que al suministrar todos los micronutrientes que están deficientes, en forma de suplementos, es posible observar una reversión de este proceso y facilitar la mejoría y curación de este tipo de enfermedades.

El Dr. M. Rath recogió sus resultados en un libro titulado “Por qué los animales no sufren de infarto” y describió el efecto biológico que produce en el sistema cardiovascular cada uno de los micronutrientes que utilizó en su estudio en forma de suplemento natural y aquí presentamos los más importantes:

-Potasio, zinc y magnesio; regulan el ritmo cardiaco y mejoran la presión arterial
-Selenio y germanio; son antioxidantes y evitan la oxidación de las lipoproteínas LDL, que inician la aterosclerosis
-Vitamina A,C,E : son antioxidantes naturales que ayudan a neutralizar los radicales libres y proteger el endotelio arterial
-Coenzima Q10; mejora el rendimiento energético del corazón al potenciar la cadena respiratoria en las mitocondrias
-Taurina; ayuda a regular la presión arterial, el ritmo cardiaco y mejorar la fuerza de contracción del corazón
-Carnitina; mejora el rendimiento energético del corazón y ayuda a incrementar la fuerza de contracción
-Arginina; favorece la síntesis del óxido nítrico, un potente vasodilatador y antiagregante plaquetario que protege al corazón
-Vitaminas del grupo B; son cardiotónicas y protegen contra la aterosclerosis al regular los niveles de homocisteína
-Espino Blanco; vasodilatador, antiagregante plaquetaria, regula la presión arterial y el ritmo cardiaco.

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