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El ayuno es una terapia que ayuda a lograr una limpieza corporal, descontaminación mental y búsqueda de claridad espiritual

El Ayuno una forma de desintoxicar el organismo

Introducción


El ayuno es una terapia que se le atribuye una triple vía de acción: limpieza corporal, descontaminación mental y búsqueda de claridad espiritual. Es efectivo en una gran variedad de enfermedades como hipertensión, dolores de cabeza, alergias, artritis, entre otras, ya que permite al organismo deshacerse de las toxinas y facilita la curación.


En un hombre de 70 kilos la reserva más importante está constituida por los triglicéridos almacenados en el tejido adiposo blanco, mientras que el gasto energético de este mismo hombre es alrededor de 2.450 Kcal /24 horas (35 Kcal/Kg). El tejido adiposo en una situación de ayuno completo podría mantener viva a una persona durante ochenta días, entre otras cosas porque el gasto energético se reduce conforme avanza el ayuno.


Durante el ayuno se tiende a mantener un mínimo constante de glucosa plasmática y el stock proteico tisular, para ello se utilizan al máximo las reservas glucídicas y, sobre todo, lipídicas. Las reservas glucídicas se agotan rápidamente, debido a que los órganos consumidores de glucosa en condiciones fisiológicas y ante ayunos prolongados, utilizan sustratos energéticos de sustitución como los cuerpos cetónicos. Aunque las proteínas representan un stock energético importante, su utilización masiva no es compatible con la vida.


Mantener una glucemia por encima de los 60mg/dl es fundamental para el funcionamiento cerebral. Sin embargo, las reservas de glucógeno hepático se agotan a las 24 horas de ayuno, y el muscular en pocos días. Aunque el lactato y el piruvato producido en el músculo, cuando pasa a la sangre, intervienen favoreciendo la neoglucogénesis hepática (producción de glucosa a partir de otras moléculas) y es precisamente la neoglucogénesis hepática la responsable del mantenimiento de la glucemia durante el ayuno.


Ayuno y Metabolismo


Llamamos “Metabolismo” al conjunto de transformaciones físicas, químicas y biológicas que en los seres vivos experimentan las sustancias introducidas o las que son sintetizadas internamente. El metabolismo tiene dos fases o tipos, que son antagónicas, y que ocurren en diferentes momentos del día para suplir las necesidades de los órganos que componen al organismo. Estas fases son:

a- Anabolismo:
Es la primera fase del metabolismo. Proceso constructivo por el que las sustancias simples se convierten en compuestos complejos en el interior de las células vivientes. Ejemplos de procesos anabólicos

-Glucogénesis : Es la síntesis de glucógeno a partir de la glucosa y ocurre fundamentalmente en el hígado y los músculos

-Lipogénesis: Es la síntesis de triglicéridos a partir de los ácidos grasos libres y ocurre en el hígado y el tejido adiposo

-Proteinogénesis: En la síntesis de proteínas a partir de los aminoácidos y ocurre en todas las células del cuerpo


b- Catabolismo:
Es la segunda fase del metabolismo, implica desasimilación, desintegración, metabolismo destructivo. Paso de las sustancias desde un grado de mayor complejidad a otro más simple. Ejemplo de procesos catabólicos:

  • Glucogenolísis; Es la liberación de glucosa a partir del glucógeno hepático y muscular.
  • Lipolísis: Es la liberación de ácidos grasos a partir de triglicéridos hepáticos y del tejido adiposo

-Gluconeogénesis: Implica la transformación de ácidos grasos en glucosa y ocurre en el hígado

-Proteólisis: Es la liberación de aminoácidos a partir de las proteínas que son hidrolizadas en los tejidos
Durante el ayuno predominan los procesos de “catabolismo”. El conjunto de procesos adaptativos ante el ayuno se encuentra bajo control hormonal y, probablemente también, neuroendocrino. La adaptación al ayuno se sustenta en tres fenómenos fisiológicos:

  • Una disminución del gasto energético, posiblemente secundario a la reducción del recambio de las catecolaminas. (adrenalina y noradrenalina).
  • Una disminución de la interconversión periférica de tiroxina en triodotironina (T4 a T3), las hormonas que regulan el metabolismo energético y dependen de la glándula tiroides.
  • Un aumento de la secreción de glucagón (hormona que aumenta los niveles de glucosa en la sangre) y una disminución de la secreción de insulina (hormona que reduce los niveles de glucosa en la sangre).

¿Cómo desintoxica el ayuno?


Lo cierto es que el organismo interpreta todo tipo de ayuno como una agresión, la forma como le ayudemos a reaccionar a esta agresión determinará el valor terapéutico real de su aplicación. Cuando ayunamos, el organismo se declara en estado de emergencia metabólica, en medio de una crisis por falta de calorías el organismo acude a las grasas para obtener energía adicional.


En la ruptura de las grasas para dichos fines se forman subproductos químicos, a veces muy nocivos y tóxicos (cuerpos cetónicos), es en ese momento en que el cuerpo acude a otros sistemas de compensación para disminuir la carga tóxica del mismo.


Tal es el caso del sistema retículo-endotelial y del sistema linfático, el primero se encarga de facilitar la circulación más activa en aquellos tejidos donde el flujo de toxinas es mayor, para ser drenadas del organismo. El segundo, opera como un recolector de basuras que eventualmente procesará las toxinas a su favor, expulsándolas a la vez hacia el sistema urinario para ser eliminadas al exterior. De ahí que la pérdida de peso del cuerpo sea inevitable bajo un período de ayuno.


Efectos del ayuno


Un breve período de ayuno de tres a cuatro días a base de frutas, en combinación con jugos, puede ser una verdadera bendición para el cuerpo, siempre y cuando sea debidamente aplicado y bajo la correspondiente asesoría profesional.


Más importante, tal vez, sería comprender que los ayunos deben encaminarse hacia objetivos orgánicos específicos. Los objetivos van intrínsecamente determinados por las necesidades orgánicas, así reconocidas, por algún experto en la materia.


El ayuno es un procedimiento que posee cualidades que lo hacen útil tanto para la prevención como para la curación de enfermedades. Posee la capacidad de producir los siguientes efectos en el organismo:
• Una rápida y segura disminución de peso
• La reducción de la presión arterial
• La disminución de los niveles de grasa y de azúcar en la sangre
• La regulación de la sedimentación de los glóbulos rojos
• Mejoría en la condición de todo el tracto digestivo
• La recuperación de la vesícula biliar y la eliminación de pequeños cálculos
• La eliminación de sustancias tóxicas alojadas en nuestro organismo

El Ayuno además de ser una práctica de curación se convierte en una preparación de nuestro organismo para recibir energías pránicas útiles para nuestra auto-realización intima del Ser. Dicha energía trabaja posibilitando la regeneración celular de tejidos inflamados y desgastados, gracias a que:
• La disminución de peso alivia la carga sobre la columna y las articulaciones
• Permite que el intercambio de gases y sustancias ocurra con mayor facilidad
• Facilita la función pancreática
• Aumenta la fortaleza del corazón, la actividad respiratoria, mental y la capacidad desintoxicante del hígado
• Disminuye los depósitos de ateroma en las arterias
• Produce una sensación de bienestar y tranquilidad interior
El ayuno es compatible prácticamente con cualquier otro tratamiento, y no presenta complicaciones para su realización, en este sentido es sin ninguna duda, una terapia curativa muy importante en el campo de la salud.


¿En qué enfermedades puede ser útil ayunar?


Como regla general, a partir de la segunda semana de ayuno las personas empiezan a sentir mejoría, con algunas excepciones, como los que reciben terapia con corticoides, padecen de hipertensión arterial, cáncer, o enfermedad renal crónica.

El ayuno puede beneficiar en casos de:
• Enfermedades Cardiovasculares: Coronarias, trastornos circulatorios, articulares, úlceras en las piernas.

• Enfermedades digestivas: Gastroenteropatías, estreñimiento, padecimientos del hígado, úlceras intestinales, etc.

• Enfermedades osteoarticulares: Reumatismo articular, artrosis, degeneración de la columna vertebral, etc.

• Enfermedades de la piel: Psoriasis, eczemas, dermatitis etc.

• Enfermedades respiratorias: Asma bronquial, sinusitis, Bronquitis.

• Trastornos psicosomáticos: Estados de agotamiento y trastornos del sueño.

¿Cómo se hace el ayuno?

a.-Antes del ayuno
Antes de entrar en el ayuno se recomienda seguir los siguientes pasos:

PASO 1: Establezca un objetivo


• ¿Por qué está usted ayunando?
• ¿Será para tener una renovación espiritual, práctica religiosa, como una desintoxicación, por salud general o quizás por todas estas razones?

PASO 2: Haga un compromiso


Antes de ayunar, desde el principio, decida lo siguiente:
• Cuanto tiempo va usted a ayunar: Una comida, un día, una semana, varias semanas, cuarenta días (los principiantes deben empezar despacio, y poco a poco hacer ayunos más largos).
• El tipo de ayuno (solo tomar agua, o agua y jugos; qué clase de jugos tomará y qué tan seguido).
• Qué actividades físicas o sociales dejará o no dejará usted de hacer.
• Cuánto tiempo pasará usted cada día en oración o meditación.

PASO 3: Prepárese físicamente


El ayunar conlleva ciertas precauciones, consulte a su médico primero, especialmente si usted está tomando medicamentos con receta o si usted tiene alguna enfermedad crónica. Algunas personas nunca deben ayunar sin supervisión profesional:
• La preparación física permite que el cambio drástico en su rutina alimenticia sea más llevadero.
• No se apresure a entrar en ayuno.
• Prepare su cuerpo, coma menos alimentos durante unos 3 o 5 días antes de comenzar un ayuno. Evite tomar alimentos que tengan un alto contenido de grasas o de azúcar.
• Coma frutas y verduras crudas por dos días antes de entrar en el ayuno.

b. Entrada en el ayuno
Es necesario descender poco a poco al ayuno, especialmente si quiere hacer un ayuno mediano o largo, a fin de conseguir reducir la aparición de las crisis de desintoxicación y eliminar al máximo posible el contenido en residuos intestinales. Con el descenso lento se disminuirá al máximo la frecuencia de aparición de síntomas molestos o dolorosos (dolores de cabeza, náuseas, dolores en los riñones, etc).
Se recomienda hacer una entrada suave con un régimen asociado a: frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos; eliminando progresivamente carnes, pescados, huevos y lácteos, seguidos por unos días de crudos y finalmente de frutas.


La entrada lenta es especialmente necesaria en las personas muy intoxicadas o en las que toman medicación. No es tan imprescindible en personas jóvenes, sin enfermedades graves o que llevan una alimentación sana, aunque no hay que violentar nunca al cuerpo.
El ayuno no es en sí una terapia, sino que es la mejor manera de poner en descanso fisiológico al organismo, es decir, el ayuno por sí mismo no cura, es el cuerpo el que se cura mientras se ayuna. Siempre el poder de curación es algo inherente al organismo vivo y ningún medicamento o médico puede llevarse los laureles de la curación.


La curación es un proceso biológico y el ayuno posibilita que el cuerpo ponga en marcha todos los mecanismos de desintoxicación y regeneración. Cuando una persona ayuna no gasta energía en el proceso de digestión y asimilación de nutrientes, y esa energía que ahorra la invierte en los procesos de eliminación y autocuración.


Todo ello lo hace guiado por la inteligencia somática, esa misma inteligencia que hace que nuestro corazón lata día y noche, que nuestros riñones filtren la sangre de desechos o que el hígado tome las sustancias necesarias para reconstruir el cuerpo y sus funciones y neutraliza las sustancias tóxicas ingeridas, y todo ello sin que tengamos que decirle cómo hacerlo.


Ocurre con cierta frecuencia que al ayunar aparecen síntomas de desintoxicación y curación que con frecuencia confundimos con enfermedad; nauseas, a veces vómitos, dolor de cabeza, sensación de lengua blanca, boca pastosa, orina muy oscura y olorosa. Todos estos síntomas indican que el cuerpo está en proceso de limpieza.

Cuando la persona deja de tomar alcohol, café, fritos, grasas, embutidos, conservas, sal, y va comiendo menos o deja de comer, pueden surgir los síntomas que no son más que procesos de desintoxicación o limpieza. Estos síntomas muestran la capacidad de respuesta del organismo dirigido a eliminar la sustancia de desecho y tóxicos ingeridos en forma de “comestibles”, y le llama así ya que a muchos no podríamos llamarles alimentos. Curiosamente los síntomas que hemos visto, y que pueden aparecer en un ayuno, son los mismos síntomas que surgen en las situaciones opuestas al ayuno, el “empacho”, por exceso de comida y bebida.

c.-Tipos de ayunos

Existen diferentes tipos de ayuno dependiendo de algunas características como, duración o lo que esta permitido ingerir. Atendiendo a su duración, tenemos:

-Ayunos cortos y medios

• Duran de 2 a 5 días
• Suelen ser a base de agua, jugos o caldos
• Los días anteriores se debe realizar dieta de transición de cereales, semillas y verduras al vapor

-Ayunos Prolongados

• Duran más de 5 días
• Se recomienda que se realice bajo supervisión médica
• Suelen realizarse fuera del entorno habitual del hogar
• Se recomiendan suplementos vitamínicos y minerales

Atendiendo a la naturaleza de lo que se permite ingerir, tenemos:

-El ayuno total: El más difícil, pero más efectivo. Aquí solo se bebe agua.

-El ayuno de infusiones: Se beben infusiones, y las hierbas se seleccionan de acuerdo con las necesidades de cada persona.

-El ayuno naturista de la doctora Kousmine:Consiste sólo tomar una cura de sirope de savia y zumo de limón.   

-El ayuno con zumos de frutas: So lo se permite beber zumos de frutas naturales y sin azúcar. La fruta se escoge según la necesidad de la persona y aplicando los principios de la “frutoterapia”. 

-El ayuno de mucilagos: Es el indicado para personas con problemas intestinales, se toman sustancias mucilaginosas que ayudan al tracto intestinal y a eliminar toxinas, como la crema de malanga, semillas de lino y chía, etc


d. Recomendaciones durante el ayuno

El reposo es necesario durante el ayuno, aunque es recomendable el paseo suave y airearse para no estar totalmente parado. El exceso de horas de cama puede hacer empeorar el estado mental del ayunante.
Durante el ayuno disminuye el metabolismo y aparece la sensación de frío, es necesario que la persona no pase demasiado frío, una bolsa de agua caliente (que no queme) puede ser una buena ayuda, así como cubrirse con ropas cálidas, incluso en verano. Hay que tomar en cuenta que no es necesario calentar en exceso la habitación, y menos con calefacción, ya que el aire excesivamente caliente reseca los pulmones y hace disminuir la eliminación.

Durante el verano es necesario reservarse del sol caliente, especialmente en la cabeza, ya que la persona se hace muy sensible al calor, es mejor estar a la sombra. En la época de invierno los rayos solares pueden ser muy revitalizantes para el ayunante.

En el ayuno no es bueno mantener una actitud mental activa, sino una actitud de escucha de las reacciones del cuerpo. También es un estado de contemplación de la naturaleza, se recomienda mantener una actitud positiva ante la vida, aún en los momentos más difíciles. Es necesario mantenerse en un estado de relajación, sin tensiones mentales, preocupaciones, alejados de las malas noticias, sin ver la TV, en contacto con la naturaleza, en un entorno que favorezca el descanso y la interiorización.
Es necesario mantener un buen aseo personal, el ayunante elimina muchas sustancias tóxicas por la piel, manteniendo un olor característico. No es necesario tampoco utilizar continuamente jabón pues ese olor surge de dentro y tiene que ver con la eliminación de sustancias tóxicas, desde el interior del cuerpo hacia el exterior. Si limpiamos el interior del cuerpo, no necesitaremos limpiar tanto el exterior.

e. Salida del ayuno

Hay unos indicadores tradicionales de desintoxicación como son: mejor aliento, lengua limpia, desaparición de síntomas originales, retorno del apetito. Esto quiere decir que ya debemos finalizar el ayuno.


Un ayuno continuado puede llevar al cuerpo a una etapa de inanición en el que empieza a quemar la masa proteica vital y es momento empezar una dieta de caldos, verduras y frutas progresivamente. La realimentación tras el ayuno tiene que ser progresiva y a base de alimentos adecuados. Las frutas o los zumos de frutas son los alimentos más aconsejables en la realimentación.

Las naranjas y las mandarinas durante el invierno, y el melón o la sandía por su alto contenido en agua son las mejores frutas para comenzar a comer tras el ayuno. Un exceso de comida o unos alimentos no adecuados pueden terminar con los beneficios conseguidos con el ayuno.

Normalmente, la realimentación progresiva tiene que durar al menos la mitad de los días de ayuno, y mejor aún si la realimentación dura los mismos días que los de ayuno. Para un ayuno de una semana podemos comenzar a realimentarnos con fruta acuosa durante un par de días.

El día tercero podemos añadir ensaladas, al cuarto, si queremos, añadimos unas verduras cocidas. A veces puede ocurrir que, tras realizar un ayuno sin experimentar ningún tipo de síntomas, estos aparezcan en la realimentación, son las llamadas “crisis post-ayuno”. Hay que tenerlos en cuenta para no alarmarse.

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