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Antes de realizar una “limpieza del hígado” es necesario realizar una preparación previa para evitar los síntomas de la crisis curativa o de desintoxicación. Esa preparación debe durar unas 3 semanas e incluye las recomendaciones siguientes

Limpieza del Hígado

1.-La Preparación Previa

Antes de realizar una “limpieza del hígado” es necesario realizar una preparación previa para evitar los síntomas de la crisis curativa o de desintoxicación. Esa preparación debe durar unas 3 semanas e incluye las recomendaciones siguientes:

a.-Los Alimentos

Como órgano de la vitalidad corporal, los alimentos vivos favorecen el trabajo del hígado; por el contrario, los alimentos muertos son una carga tóxica.

Por alimentos vivos entendemos frutas y verduras frescas, semillas germinadas (brotes) o fermentaciones (chucrut, miso, salsa de soja, kéfir, pickles en salmuera). En las fermentaciones, es fundamental que no se encuentren alteradas por conservantes o procesos de pasteurización, en cuyo caso pasan al bando opuesto: alimentos muertos. En este grupo están los refinados de todo tipo (azúcar blanca, sal refinada, harina blanca, aceites industriales), el alcohol y las sustancias sintéticas (margarinas o aceites hidrogenados, vitaminas, saborizantes, colorantes, conservantes). No resulta difícil imaginar el daño que genera, sobre todo en los niños, la abundante y periódica ingesta de gaseosas y jugos industriales, compuestos totalmente por sustancias muertas (azúcar, edulcorantes, acidificantes, colorantes, conservantes, etc.).

El tema de los conservantes es gravísimo en la función hepática, pues precisamente el poder inhibitorio que los hace útiles para la preservación de los alimentos, interfiere seriamente en los numerosos y vitales procesos enzimáticos que debe realizar el hígado. Además, los conservantes son ingeridos en cantidades elevadas y con gran regularidad, pues están presentes en todos los alimentos industriales de consumo masivo. Por lo tanto es muy importante el efecto benéfico de las enzimas, localizadas en vegetales crudos, fermentaciones y germinados.

                  

Una sustancia útil para el hígado es el ácido láctico, elemento resultante de muchos procesos ancestrales en la elaboración de alimentos. Los encurtidos en sal son un ejemplo. Un gran generador de ácido láctico es el repollo blanco y su forma más conocida es el tradicional chucrut de la Europa fría. Sin embargo, hay una forma más sencilla de generar ácido láctico a partir del repollo: el llamado yogurt de repollo. Se pica finamente el repollo blanco, se lo coloca en un recipiente de vidrio cubierto de agua y se lo deja macerar durante tres noches. Al cabo de ese período, se licúa y se bebe, pudiéndoselo mezclar con jugo de frutas para mejorar su sabor.

Además del repollo, las mejores hortalizas para el hígado son: zanahoria, alcaucil, escarola, endivia, apio, rabanito, bardana, nabo, remolacha y las hojas verde oscuras (diente de león, achicoria, perejil, berro, espinaca). Como vimos en las hierbas, preferir siempre los sabores amargos que benefician al hígado. Entre las frutas favorables a la función hepática podemos citar: uva, ciruela, manzana (sobre todo las verdes), palta, cítricos (limón, lima, naranja, pomelo) y frutos de bosque (frutilla, arándano, frambuesa, mora, cereza). El azúcar de las frutas, la fructuosa, se metaboliza y depura la función hepática.

Otro alimento benéfico para el hígado es la miel de abejas, por su poder depurativo sobre este órgano. La miel se utiliza en la recuperación de cirróticos y alcohólicos; asimismo se aconseja luego de haber consumido mucho alcohol, para mitigar la resaca. Para el hígado también son importantes los alimentos ricos en cromo (levadura de cerveza, azúcar integral de caña), por ser un mineral clave en la función hepática y carente en la moderna alimentación refinada.

El rubro grasas es clave en la función hepática, por ser el órgano que comanda su metabolismo. Si bien el tema lo profundizamos en otra publicación, digamos aquí que el hígado depende de la provisión externa de los ácidos grasos esenciales, así llamados por no poder ser sintetizados en el organismo. Estos ácidos grasos (omega 3 y 6) están presentes en los pescados de agua fría, en las semillas de girasol, lino, soja, sésamo y chía, y en los aceites de ellas obtenidos por simple presión en frío y sin proceso de refinación. Párrafo aparte para las aceitunas y el aceite de oliva de primera presión en frío, base de un antiguo tratamiento purificador del hígado.

Siguiendo con las grasas, veamos aquellas inconvenientes para su normal funcionamiento y decididamente desaconsejables en el proceso depurativo. Ya nos referimos a las nefastas margarinas (aceites vegetales hidrogenados) como producto sintético, absolutamente privo de vitalidad e intoxicante del organismo todo. Luego debemos citar a las grasas saturadas, sobre todo las provenientes de animales de cría industrial, que incluyen alto contenido de antibióticos, hormonas sintéticas y metales pesados. En este rubro se encuadran los lácteos y sus derivados, que además reciben el aporte de conservantes y aditivos químicos de síntesis. Por último, debemos citar las frituras, generalmente realizadas con aceites de pésima calidad y escasa renovación.

Además de citar alimentos claves para el hígado, debemos tener en cuenta que este verdadero laboratorio central de la química corporal depende de una adecuada y variada disponibilidad de nutrientes para poder llevar adelante su compleja alquimia: producción de hormonas, redistribución de nutrientes en el organismo, filtrado y eliminación de toxinas, etc. Precisamente, conocer el proceso de desintoxicación hepática, nos permite entender la importancia de una nutrición equilibrada.

Resumidamente, podemos decir que este procedimiento consta de dos fases: preparación y eliminación propiamente dicha. Inicialmente el hígado convierte las sustancias de desecho en compuestos muy tóxicos, a través de ciertos procesos que requieren entre otros nutrientes, la presencia de cinc, cobre, selenio, magnesio y vitaminas del grupo B. Inmediatamente viene la segunda fase, durante la cual otros procesos generan compuestos más inocuos, que así pueden ser evacuados sin problemas por otros órganos. Esta última fase también depende de la presencia de nutrientes claves como azufre glicina, glutatión y vitaminas del grupo B. Por lógica, ante carencias de las citadas sustancias, o bien se genera dificultosamente la primer fase, o lo que es más grave, se malogra la segunda. En ambos casos el organismo se autointoxica por la incrementada presencia de sustancias venenosas. O sea que es fácil comprender cómo la carencia de nutrientes termina por incrementar la toxemia corporal.

Finalmente, y visto que el hígado es un gran operador de toxinas, por sentido común es absolutamente aconsejable evitar el consumo de dicho órgano proveniente, tanto de animales de cría industrial (el popular paté de hígado), como de pescados de aguas contaminadas (aceite de hígado de bacalao).

b.-Las plantas medicinales

Si bien se habla de plantas hepáticas y plantas biliares, no hay en la práctica una línea que divida ambas funciones, o mejor dicho, es muy difícil acertar qué es más importante favorecer. Por ello pueden usarse indistintamente, con la certeza que la mejora de uno repercutirá en el otro ámbito. Esto no hace más que confirmar la validez del concepto oriental que los considera como un único órgano. En general todos los sabores amargos son benéficos para el funcionamiento hepatobiliar.

Las hierbas más habituales y efectivas son: diente de león, cardo mariano (reconstruye las células hepáticas y desinflama los tejidos de sostén), carqueja, canchalagua, genciana, nencia, boldo, achicoria, romero, alcaucil, pájaro bobo, aloe vera, etc. De la medicina oriental surge una infusión muy efectiva: té banchá, una ciruela umeboshi disuelta en la infusión y unas gotas de jengibre rallado (se obtienen exprimiendo la ralladura). Tres componentes del Tónico Herbario son claves para el buen funcionamiento hepático: bardana, acedera y ruibarbo. A nivel del Botiquín Homeopático podemos auxiliarnos con Baccharis y Chelidonium.

c.-Otras recomendaciones

La estimulación de la zona refleja de hígado y vesícula en la planta de los pies, es un mecanismo coadyuvante en todo tipo de problemática hepática, sin contraindicaciones y sinérgica con cualquier otra línea de acción que se adopte. Al final encontrará una ilustración para individualizar las zonas indicadas y también las recomendaciones para realizar esta práctica

2.-La Limpieza del hígado

Se realizará después que cumpla al menos 3 semanas de preparación previa y para realizarla deberá contar con los ingredientes siguientes :

  • 6 litros de zumo de manzana : prepara en la mañana un litro para cada día
  • Sulfato de magnesio o sal de Epson
  • Medio vaso de aceite de oliva virgen
  • Un poco más de ½ vaso de zumo de grapefruit (pomelo) o naranja
  • 2 frascos de ½ litro de capacidad, uno de ellos con tapa.

a)-Primeros 6 días : Lunes a Sábado

Seguirá haciendo la dieta KETO que ya viene haciendo en las 3 semanas previas y adicionalmente debe tomar un (1) litro de zumo de manzana natural recién preparado cada día (2 mnzanas sin piel y un litro de agua mineral potable). Debe tomarse despacio a lo largo del día y entre comidas. No conviene tomarlo justo antes o durante las comidas, ni las 2 primeras horas posteriores, ni por la noche. Debe tomar además una buena cantidad de agua potable cada día, al menos 1 litro de agua mineral. El ácido málico del jugo de manzana limpia las vías biliares y ablanda cualquier piedrecilla que pueda contener. No debe tomar ninguna bebida fría, todo a temperatura ambiente.

b).-El sexto (6º) día :

.-Desayunar con frutas  y zumo de manzana, también puede comer verduras hervidas o cocinadas al vapor. No deben tomarse alimentos proteicos, mantequilla o aceite. Nada de azúcar u otros edulcurantes, especias, leche, yogur, queso, mermelada, huevos, frutos secos, pastelería y cereales fríos.

.-Después de las 13:00 horas (1pm) no se debe comer ni beber nada, excepto agua y seguirá el proceso de la desintoxicación del hígado.

.-A las 18:00 horas (6pm) mezclar 4 cucharadas de “Sulfato de Magnesio” (Sal de Epson) con un (1)  litro de agua mineral en una jarra. Después de preparada la jarra se tomará el primer ¼ de litro (250ml) de esta preparación. Si le resulta muy amargo puede ponerle un poco de jugo de limón. Lo puede tomar con una pajita o pitillo largo para evitar el sabor. La sal de Epson (sulfato de magnesio) producirá una dilatación de las vías biliares para favorecer la salida de la bilis.

.-A las 20:00 horas (8pm) se tomará la segunda ración de sal de Epson, es decir, otro ¼ de litro (250ml).

.-A las 21:30 horas (9:30pm) Si para este momento no ha comenzado a evacuar espontáneamente, debe aplicarse un enema de agua pura (1 litro), para que los intestinos se muevan.

.-A las 21:45 horas (9:45pm)  prepare ¾ de vaso de zumo de Grapefruit (naranja si no tiene grapefruit), luego vierta el jugo en una jarra de ½ litro con tapa junto con ½  vaso (50ml) de aceite  extravirgen de oliva, cerrar y agitar con fuerza 20 veces.

.-A las 22:00 horas (10pm) se debe acostar semisentado en su cama, y beberse la preparación de zumo de pomelo con aceite de oliva de modo continuado, lo puede hacer con pajilla y también puede tomar un poco de miel entre sorbo y sorbo para que pase mejor la mezcla. No debe tardarse más de 5 minutos en tomarse toda la bebida.

.-Debe permanecer totalmente inmóvil durante 20 minutos y sin hablar, con la cabeza más alta que el abdomen, usando 2 o 3 almohadas. Toda la atención debe centrarse en el hígado. Después de 30 minutos puede colocarse completamente horizontal.

Procure dormir y si siente a necesidad de evacuar puede hacerlo y trate de observar lo que expulsa, puede ser que salgan piedras de color verde guisante o tostado. Es posible que por la noche y primeras horas de la mañana sienta náuseas y ello se debe a la eliminación de toxinas del hígado. Las náuseas remitirán a lo largo de la mañana.

c.-El séptimo (7º) día :

.-6:30 am; al despertar y no antes de las 6:00 am, es preciso tomar otra ración de ¼ litro (250ml) de sal de Epson. Si tiene sed puede tomarse 1 vaso de agua natural antes de tomarse la sal de Epson. Luego hay que descansar, leer o meditar. Si tiene sueño, puede volver a meterse en la cama, aunque es mejor permanecer erguido (de pié). Si se siente bién puede hacer algún ejercicio ligero.

.-8:30am; Se tomará la cuarta (4º) y última ración de ¼ litro (250ml) de sal de Epson.

.-10:30am; puede beber zumo de frutas recién exprimido y ½ hora más tarde puede comer una o dos piezas de frutas. Una hora después puede tomar alimentos ligeros y debe seguir consumiendo alimentos ligeros hasta por 3 días mínimo, posteriores a la limpieza del hígado.

d.-Ingesta de agua :

Se puede beber agua en cualquier momento durante la limpieza del hígado, excepto justo antes y después de tomar las sales de Epson (esperar unos 30 minutos). Además no conviene tomar agua entre las 21:30 horas de la noche y las 2:00am (en caso de que se despierte). Aparte de esas excepciones, se puede beber agua siempre que tenga sed.