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Historias Clínicas

Te invito a conocer la historia de Ignacio Perera, un hombre de 45 años en silla de ruedas que respiraba con dificultad, tenía los pies hinchados y padecía de una enfermedad llamada “Distrofia Muscular de Becker”

Historia # 1: Miocardiopatia Dilatada

Historia

Una tarde de septiembre 2015 entró a mi consulta Ignacio Perera, un hombre de 45 años en silla de ruedas que respiraba con dificultad y tenía los pies hinchados. Indicó que padecía de una condición llamada “Distrofia Muscular de Becker”, una enfermedad genética y hereditaria que afecta el sistema muscular. Comenzó a tener los primeros síntomas a los 20 años perdiendo fuerza en las piernas, a los 30 años le afectó el corazón tornándose grande y débil (cardiomegalia), además de cursar con trastornos del ritmo (arritmias), y a los 40 años se vio obligado a usar silla de ruedas porque ya no tenía fuerza para sostenerse en pie.

En marzo 2015 Ignacio presentó un episodio severo de insuficiencia cardiaca porque su corazón estaba muy grande (cardiomegalia grado IV) y débil (sólo contaba con un 21% de su fuerza normal), motivo por el cual se le llenaron de liquido sus pulmones y fue hospitalizado con un cuadro de “Edema Agudo Pulmonar”. Permaneció una semana en la “Unidad de cuidados intensivos” y afortunadamente sobrevivió. Posteriormente duró un mes hospitalizado y hubo que implantarle un dispositivo electrónico llamado DAI (Desfibrilador Automático Implantable) para regular la “Taquicardia Ventricular” que le daba en forma intermitente y que amenazaba su vida.

Cuando Ignacio fue a mi consulta estaba en control médico por Cardiología y con medicación específica para mantenerlo estable y evitar una complicación letal, además estaba bajo vigilancia médica debido a que, si su corazón perdía 1% más de fuerza, sería incorporado en una lista de espera para un posible “Trasplante Cardíaco”. Por esta razón le practicaban un test de ultrasonido llamado “Ecocardiograma” cada 6 meses; el primero que se realizó reflejaba los siguientes valores:

Ecocardiograma: mayo 2015

  • Diámetro diastólico del ventrículo izquierdo: 68 mm
  • Diámetro sistólico del ventrículo izquierdo: 60 mm
  • Diámetro de la aurícula izquierda: 40 mm
  • Fracción de eyección del ventrículo izquierdo: 24% (fuerza del corazón)
  • Válvula mitral: buena apertura con insuficiencia moderada

Diagnóstico

Miocardiopatia dilatada izquierda con insuficiencia ventricular izquierda severa

En esa primera consulta le pregunté cuál era la razón por lo que decidió consultar a un médico integrativo, y cuál era su expectativa. Me respondió que estaba leyendo un libro basado en el testimonio de un hombre joven (Alejandro Cienfuegos) que había sufrido una enfermedad cardiaca similar a la de él, sin embargo, logró utilizando una combinación de alimentación y suplementación cardiosaludable recuperar su corazón y subir su fuerza hasta 60% y librarse del trasplante.

En este sentido, Ignacio deseaba someterse a un tratamiento “integrativo” que respetase sus tratamientos médicos convencionales y que incorporara cambios alimenticios, de estilo de vida y suplementación cardiosaludable para ver si su corazón podía mejorar hasta el punto que había reportado Alejandro Cienfuegos en su libro.

Tratamiento y Evolución

Desde septiembre 2015 comenzó un esquema de tratamiento basado en:

a. “Alimentación Cardiosaludable” siguiendo los esquemas enunciados por el Dr. Dean Ornish

b. “Suplementación Cardiosaludable” basado en los protocolos de suplementos naturales recomendados por el Dr. Mathias Rath

Los controles médicos fueron rigurosos cada 3 meses y ambos pudimos constatar una mejora progresiva de todos los síntomas clínicos, lo más sorprendente fue que su corazón se redujo de tamaño en forma significativa. La disfunción de la válvula mitral también mejoró sustancialmente y la “Fuerza del Corazón” subió hasta un 49% en 4 años de tratamiento. Este fue el último ultrasonido reportado:

Ecocardiograma: abril 2019

  • Diámetro diastólico del ventrículo izquierdo: 57 mm
  • Diámetro sistólico del ventrículo izquierdo: 51 mm
  • Diámetro de la aurícula izquierda: 35 mm
  • Fracción de Eyección del ventrículo izquierdo: 49% (fuerza del corazón)
  • Válvula mitral: buena apertura e insuficiencia mínima

Diagnóstico: Miocardiopatia dilatada izquierda con insuficiencia ventricular izquierda ligera

Conclusión

La historia de Ignacio permite llegar a algunas conclusiones muy reveladoras que dejamos para el análisis y reflexión:

a. Ilustra con detalles bien documentados que la capacidad de respuesta del organismo humano es sencillamente “sorprendente”, cuando se le suministran los recursos necesarios y adecuados.

b.-Las “verdades” de la Medicina Convencional están limitadas por sus propios procedimientos y técnicas, por eso no reflejan el 100% de la realidad.

c. La combinación de una “Alimentación y Suplementación Cardiosaludables” rigurosamente cumplida por parte del paciente, y oportunamente controlada y monitorizada por el médico, es capaz de lograr resultados muy favorables, como los obtenidos en este caso que se “revirtio” una condición de “Insuficiencia Cardiaca Izquierda Severa” a una nueva condición de “Insuficiencia Cardiaca Izquierda Ligera”.

d. Los resultados obtenidos fueron evidenciados tanto en la evolución clínica del paciente, que logró mejorar significativamente su nivel y calidad de vida en 4 años de tratamiento. Como en los estudios médicos realizados: Radiografías de Tórax y Ecocardiograma cada 6 meses, los cuales registraron con datos específicos la reducción de los diámetros de las cavidades del corazón y el aumento de la fuerza del mismo, medida como “Fracción de Eyección” que pasó de un 24% en mayo 2015 a 49% en abril 2019.

e. No existe ninguna publicación médica convencional que demuestre resultados similares a los obtenidos en este caso, siguiendo tratamientos farmacológicos estándares para este tipo de patología. Basado en esta experiencia, es altamente recomendable que todos los pacientes que padecen de una condición cardiovascular, en caso de ser elegibles, sean incorporados para cumplir un régimen complementario de “Alimentación y Suplementación Cardiosaludable” siguiendo las pautas establecidas por los Doctores Dean Ornish y Mathias Rath, ya que sus trabajos están ampliamente respaldados científicamente.

Discusión

Cuando una persona que sufre de una “Distrofia Muscular” (Duchenne o Becker) se le daña el corazón tornándose progresivamente grande (cardiomegalia) y débil (insuficiencia cardíaca), con una pérdida progresiva de su fuerza, (fracción de Eyección menor del 70%), acude al Servicio de Cardiología, público o privado, en busca de una solución a este problema.

El paciente es sometido a pruebas especiales (Ecografía, Holter de arritmias, Resonancia magnética del corazón) para determinar la magnitud del daño y establecer el grado de cardiomegalia e insuficiencia en una escala de I a IV, para luego determinar el tratamiento más adecuado para lograr alcanzar los objetivos ideales, que en estos casos son:

a. Controlar los síntomas como tos, dificultad respiratoria, retención de líquido en los pulmones y las extremidades inferiores, palpitaciones, taquicardia o cualquier otro tipo de arritmia.

b. Evitar las complicaciones como el colapso del corazón que lleva a “Edema agudo pulmonar” o pérdida brusca del conocimiento debido al “Síncope”, dos situaciones que suelen amenazar la vida del paciente.

c. Determinar si el paciente reúne criterios para la colocación de un “marcapaso” (PM) o un “desfibrilador automático implantable” (DAI), para evitar la muerte súbita debido a la presencia de arritmias malignas.

d. Tratar de prolongar la vida en una patología (miocardiopatia dilatada clase IV) que aún en la actualidad tiene muy mal pronóstico, con una mortalidad del 50% en los primeros 2 años después de hecho el diagnóstico.

e. En el mejor de los casos, si no es posible controlar los síntomas y las complicaciones debido a la progresión de la enfermedad, determinar si el paciente califica para un eventual “Trasplante Cardiaco” como una solución final en la búsqueda de preservar la vida.

Para la Medicina Convencional, la Miocardiopatía Dilatada, independientemente de la causa que la haya originado (genética, viral o tóxica), es una enfermedad “incurable” que progresa hacia complicaciones frecuentes y con una alta mortalidad a corto plazo, y solamente el trasplante cardíaco, ofrece una esperanza, pero limitada, ya que existe una gran escasez de donantes a escala mundial, no todos los países cuentan con la tecnología apropiada para realizarlo y no todo los pacientes califican para este tipo de tratamiento, ya que influyen la edad, la presencia de otras enfermedades y probablemente también la condición socio económica del paciente.

Estas son “verdades férreas” para la Medicina Convencional y los médicos cardiólogos que tratan a este tipo de pacientes nunca se plantean la posibilidad de que existan otras soluciones diferentes a la establecidas por las Instituciones cardiológicas de renombre mundial como son la “Asociación Americana del Corazón” (AHA), el “Colegio Americano del Corazón” (ACC) y el “Instituto Europeo del Corazón” (IEC).

Los pacientes que sufren de esta condición médica se quejan de que sus médicos tratantes no les dedican tiempo en las consultas de control (10 a 20 minutos), se limitan a realizarles las pruebas requeridas (ecografía, holter etc.), no les ofrecen ninguna explicación ni les comentan nada sobre el estado de la enfermedad, su evolución y pronóstico, se molestan si se les hace alguna pregunta.

Hipócrates, el padre de la medicina occidental señala en su juramento hipocrático que: “la labor fundamental y primaria del médico es preservar la vida siempre que sea posible”. El manual de los Derechos Internacionales de los pacientes y todos los textos oficiales sobre el Código de Ética y Deontología Médica que son editados y defendidos por todos los Colegios y Federaciones Médicas occidentales señalan que:

“Todo paciente tiene derecho a recibir el mejor tratamiento médico científicamente comprobado para mejorar sus síntomas y eventualmente, sanar su enfermedad; y el médico está en la obligación de mantenerse lo más actualizado posible para poder asegurar el cumplimiento de este mandato a su paciente”.

Los médicos e investigadores Dean Ornish (israelita americano) y Mathias Rath (alemán americano), son profesionales que estudiaron y se graduaron en universidades reconocidas en sus países de origen, recibieron el título médico que les brindaba la facultad de ejercer la medicina, están inscritos en los Colegios Médicos requeridos y cumplen con todas las normas nacionales e internacionales para ejercer su profesión. Ambos incursionaron en la investigación médica en el campo de la cardiología. El Dr. Dean Ornish lo hizo relacionando la alimentación saludable con la recuperación de la enfermedad coronaria (1981), y el Dr. Mathias Rath lo hizo relacionando la suplementación nutricional con la recuperación de la enfermedad coronaria, la hipertensión arterial y otras enfermedades cardiovasculares (1995). Ambos médicos presentaron los resultados de sus investigaciones en los congresos médicos mundiales organizados por la Asociación Americana del Corazón, El Colegio Americano del Corazón, La Asociación de Medicina Preventiva y la Asociación de Medicina Ortomolécular, además, han publicado artículos en las revistas médicas científicas de orden mundial y han escrito libros donde han expuesto sus experiencias, estudios y resultados.

Entonces resulta oportuno preguntarse:

¿Por qué motivo la mayoría de los médicos occidentales en general, y los cardiólogos en particular, desconocen los trabajos de estos dos eminentes y reconocidos médicos e investigadores que han dedicado su vida, esfuerzos, sacrificios y recursos para trabajar y demostrar científicamente que sí es posible ayudar a los pacientes afectados de una enfermedad cardiovascular a recuperarse e incluso sanarse, sin necesidad de usar drogas ni cirugía, y aplicando solamente una alimentación y suplementación nutricional cardiosaludable siguiendo las pautas establecidas por sus investigaciones?.

También es oportuno preguntarse:

¿Por qué motivo los médicos que sí conocen los trabajos de estos investigadores no aplican sus recomendaciones y tratamientos para beneficiar a sus pacientes, a pesar de que esas investigaciones fueron hechas siguiendo todas las normas de carácter científico y han sido aceptadas por la comunidad médica mundial de todos los países?

Para nadie es un secreto que la industria química farmacéutica controla mediante acuerdos económicos y financieros a la mayoría, sino todas, las instituciones y asociaciones médicas de renombre mundial, llegando incluso hasta las oficinas de la Organización Mundial de la Salud, ejerciendo una influencia peligrosamente importante en la dirección y política de todas esas instituciones. Considerando esta terrible, pero cruda verdad, no resulta extraño que la mayoría de los médicos y cardiólogos del mundo desconozcan o desprecien las verdades demostradas por otros médicos investigadores que han basado sus trabajos en temas naturales o “no farmacológicos”, simplemente porque esas investigaciones no están alineadas con los intereses económicos de la poderosa industria químico farmacéutica.

Po otro lado, la mayoría de los médicos convencionales que trabajan y luchan en clínicas y hospitales oficiales están prácticamente “hipnotizados” por la industria químico farmacéutica, quién, usando un discurso y una dialéctica excesivamente materialista y cartesiana, astutamente disfrazada como científica, les ha hecho creer que ellos y solo ellos son los portadores de la única verdad, a la cual los médicos deben apegarse y defender ciegamente, rechazando todo aquello que no proceda de sus cuarteles o “headquarters”, y todo ello respaldado por directores, subdirectores, presidentes y vicepresidentes, de la omnipotente Organización Mundial de la Salud.

En este caso clínico que le presentamos a la comunidad mundial, tanto de personas sanas, pacientes y médicos, como cualquier otro profesional de la salud, hemos aplicado las pautas y recomendaciones de los trabajos del Dr. Dean Ornish y Mathias Rath, respetando el tratamiento farmacológico indicado, en el caso de un paciente de 45 años con una Miocardiopatía dilatada en insuficiencia cardiaca severa clase IV, con una Fracción de Eyección de un 24%, una calidad de vida muy mala, un pronóstico aún peor y bajo el control de una institución médica convencional que sólo se limitaba a hacer cada 6 meses y en 15 o 20 minutos por consulta, lo que estaba oficialmente establecido para el manejo de esta enfermedad, ni más ni menos.

Durante el seguimiento del paciente por 4 años, observándolo y monitorizándolo cada 3 meses, pudimos registrar su mejoría clínica con estabilización o desaparición de la mayoría de sus síntomas, y lo que es más impresionante aún, constatando en los ecocardiogramas semestrales que le fueron practicados, la reducción de los diámetros de todas las cavidades del corazón que estaban anormalmente agrandadas, así como un incremento en la fuerza de contracción de su corazón (inotropismo o función sistólica) expresada en la medición de la Fracción de Eyección que pasó de un 24% en mayo 2015 a un 49% en abril 2019.